“Me llamo Eugenio Cuevas y soy alcohólico” repetía en su mente imaginando su presentación en la asociación. Caminaba despacio, tenía tiempo. Eugenio nunca llegaba tarde, siempre era puntual y esa fue su perdición.
“Me llamo Eugenio Cuevas y soy alcohólico” repetía en su mente imaginando su presentación en la asociación. Caminaba despacio, tenía tiempo. Eugenio nunca llegaba tarde, siempre era puntual y esa fue su perdición.