Se terminó la Semana Santa.
Una semana ajetreada de procesiones, calles cortadas, gente, gente y mucha gente. Los sitios a tope. Un clima excelente, casi de verano. Incluso una de las procesiones pasó, por primera vez, por mi calle.
Pero, al fin terminó el barullo y mañana volvemos a la cruda y pacífica realidad. ¡Bien!